Consejos para Elegir una Freidora Profesional para hostelería

Consejos para Elegir una Freidora Profesional para hostelería

¿Sabías que la mayoría de bares y restaurantes no aprovechan al máximo sus freidoras?

Aunque no existen estadísticas precisas, se estima que alrededor del 90% de los bares y pequeños restaurantes no usan sus freidoras correctamente. Esto se debe, en muchos casos, a que prefieren ahorrar en el precio inicial de la freidora sin pensar en el rendimiento a largo plazo. Así surge la gran pregunta: ¿Funciona mal una freidora barata? La respuesta es un rotundo "no". Existen excelentes freidoras asequibles para hostelería, pero el problema radica en cómo se usan.


La importancia de la temperatura en la fritura

Una freidora económica puede ser una excelente opción, pero, por lo general, estas no alcanzan la potencia suficiente para mantener una temperatura adecuada durante el proceso de fritura. Esto implica que, al introducir los alimentos, la temperatura baja por debajo de los 150°C. ¿El resultado? Los alimentos se cuecen en lugar de freírse, y los rebozados no quedan crujientes.

Solución: Para conseguir una fritura ideal, es fundamental no llenar demasiado la freidora. Sin embargo, lo que muchos hacen es elevar la temperatura hasta los 200°C o más, lo cual degrada el aceite rápidamente, lo llena de toxinas y hace que se vuelva perjudicial para la salud.


¿Qué sucede cuando el aceite se degrada?

El uso indebido del aceite en freidoras produce reacciones químicas que afectan tanto el sabor como la calidad nutricional de los alimentos y puede causar enfermedades en los clientes. Estos son algunos puntos de descomposición de los aceites de cocina más comunes:

  • Aceite de oliva: 210°C
  • Aceite de girasol y soja: 170°C
  • Aceite de maíz: 160°C
  • Margarina: 150°C
  • Mantequilla: 110°C

Al usar el aceite por encima de su temperatura ideal, se generan varios procesos perjudiciales:

  1. Termo-oxidación: Los ácidos grasos se oxidan, produciendo peróxidos y radicales libres que reaccionan entre sí, formando compuestos tóxicos como aldehídos y cetonas. Esto provoca malos olores, sabores desagradables y oscurecimiento del aceite.

  2. Hidrólisis: La humedad en el aceite descompone los ésteres de los ácidos grasos, elevando su acidez y generando olores y sabores no deseados (a veces hasta con gusto a jabón).

  3. Polimerización: Los radicales libres forman polímeros que aumentan la viscosidad y causan espuma. Estos compuestos crean una capa pegajosa en el aceite y en la freidora, difícil de limpiar.


Consecuencias para la salud

El uso de aceites degradados en la fritura de alimentos puede tener graves efectos sobre la salud, aumentando el riesgo de:

  • Gastritis y problemas digestivos.
  • Enfermedades cardíacas.
  • Aceleración en la coagulación de la sangre.
  • Enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
  • Cáncer de estómago y otros tipos de tumores.

Estos problemas se derivan de consumir aceites quemados y recalentados que liberan sustancias nocivas.


La fritura perfecta: textura, sabor y salud

Realizar la fritura de manera correcta no solo mejora la textura y el sabor, sino que además conserva la humedad de los alimentos. Al freírse a la temperatura adecuada, los alimentos desarrollan una superficie crujiente y dorada, con un interior jugoso. Es un proceso que destaca los sabores y asegura que el producto final no solo sea delicioso, sino también seguro para los comensales.

Guía para el Uso Correcto de una Freidora Industrial en Hostelería

La temperatura ideal:
Para obtener una fritura perfecta y prolongar la vida útil del aceite, mantén la temperatura entre 180º y 185ºC. Es importante contar con una freidora que sea capaz de mantener esta temperatura constante cuando introduzcas el producto, lo cual depende en gran medida de su potencia.

Cantidad de aceite adecuada:
Asegúrate de llenar la cubeta con la cantidad exacta de aceite recomendada por el fabricante. Si la llenas demasiado, puedes provocar desbordamientos y, además, el aceite no calentará de manera uniforme.

Evita el exceso de humedad:
Nunca introduzcas alimentos mojados, ya que el agua en el fondo de la cubeta puede causar peligrosas salpicaduras de aceite caliente.

Cambio regular de aceite:
Es fundamental reemplazar el aceite cuando notes que está oscuro o presenta suciedad. Si no cuentas con un medidor de calidad del aceite, observa su color y claridad para detectar cuándo necesita ser cambiado.

Aceite de buena calidad:
Invertir en un buen aceite puede parecer costoso al inicio, pero resulta en un ahorro a largo plazo, ya que durará más tiempo antes de degradarse en comparación con aceites de menor calidad.


Errores Comunes al Elegir y Usar una Freidora en Hostelería

1. Elegir modelos pequeños y de baja potencia:
Freidoras con capacidad de 4-8 litros y baja potencia suelen bajar su temperatura a menos de 160ºC si introduces demasiado producto. Esto hace que los alimentos se cuezan en lugar de freírse, lo cual afecta su textura y sabor.

2. Elevar la temperatura al máximo para compensar:
Muchos cocineros intentan corregir el problema subiendo la temperatura del aceite a 250ºC. Sin embargo, esto degrada el aceite rápidamente, llenándolo de toxinas y afectando tanto el sabor como la seguridad alimentaria.

3. Freír de forma continua sin dar tiempo a la freidora para recuperar la temperatura:
Una freidora de baja potencia no puede mantener la temperatura constante al cocinar de manera continua, lo cual acelera el proceso de hidrólisis del aceite y lo degrada rápidamente.


Conclusión

Optar por una freidora pequeña y económica puede parecer una buena idea al inicio, pero en el día a día puede acarrear problemas. El uso excesivo y el sobrecalentamiento deterioran el aceite, afectando tanto la salud de los clientes como la calidad de los alimentos. La clave para una buena fritura y un servicio seguro es usar la freidora según su capacidad real y evitar temperaturas superiores a 185ºC.

¿Qué Freidora Elegir para tu Restaurante o Bar?

Opta por una freidora de gran capacidad:
Una freidora de muchos litros puede ser una excelente elección, ya que no necesariamente implica mayor consumo de aceite. Al contrario, una freidora grande permite cocinar a temperaturas más bajas, lo que ayuda a mantener las propiedades del aceite y resalta el sabor de los alimentos. Este tipo de freidoras son especialmente útiles en cocinas con alta demanda, pues permiten freír en grandes cantidades sin comprometer la calidad.

Potencia adecuada:
La potencia es fundamental para que la freidora recupere rápidamente la temperatura después de introducir alimentos fríos. Esto permite evitar que el producto se cueza en lugar de freírse. Además, si la freidora cuenta con suficiente potencia, puedes reducir la temperatura a 150-160ºC cuando no esté en uso, preservando así la calidad del aceite.

Evita las freidoras de agua o "cuba fría":
Aunque puede parecer que estas freidoras mantienen el aceite más limpio, favorecen procesos de hidrólisis que degradan el aceite rápidamente y pueden ser peligrosas debido a las salpicaduras y riesgo de accidentes. La limpieza y el mantenimiento son más complejos, por lo que no son recomendadas para un uso intensivo en hostelería.


Otros Aspectos a Tener en Cuenta

Materiales de fabricación:
El acero inoxidable es ideal por su durabilidad y facilidad de limpieza, pero también puedes considerar otros materiales según tus necesidades y presupuesto.

Opiniones de otros profesionales:
Consultar la experiencia de otros usuarios y colegas es muy valioso. Conocer cómo funcionan ciertos modelos en la práctica y cuál es la experiencia de otros puede ahorrarte problemas en el futuro.


Conclusión

Elegir una freidora grande y potente es una inversión que puede optimizar el rendimiento en cocina y mejorar el sabor de tus platillos. No te dejes llevar solo por el precio: una freidora de calidad ayuda a conservar el aceite, garantiza una fritura perfecta y mejora la seguridad en la cocina.

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